En Cottonwood, Idaho, se encuentra una experiencia de alojamiento verdaderamente única: Dog Bark Park Inn. Con forma de un beagle gigante, este peculiar bed and breakfast ha ganado fama internacional por su diseño poco común y su cálida hospitalidad perruna. Para quienes buscan alojamientos fuera de lo convencional, este enorme perro ofrece más que una simple cama: es un destino en sí mismo.
Dog Bark Park Inn fue diseñado y construido por los artistas de motosierra Dennis y Frances Sullivan en 2003. Su visión era crear una escultura habitable que no solo mostrara su talento como talladores, sino que también ofreciera a los huéspedes una estancia inolvidable. ¿El resultado? Un beagle de 9 metros de altura llamado cariñosamente “Sweet Willy”, reconocido como la estructura de beagle más grande del mundo.
El interior del alojamiento sigue con la temática canina, decorado con obras de arte y muebles inspirados en perros, todos tallados a mano por los propios propietarios. A pesar de su diseño juguetón, las habitaciones son acogedoras y cuentan con comodidades básicas como una cama queen, baño privado, aire acondicionado y mini nevera.
Los huéspedes también pueden disfrutar de una selección de libros y rompecabezas sobre perros durante su estancia. Incluso hay una zona tipo altillo en el hocico del perro para más espacio de descanso, ideal para familias. El desayuno casero incluye productos horneados locales, fruta fresca y café gourmet, lo que realza el encanto hogareño de este hotel artístico.
Los visitantes de Dog Bark Park Inn no solo reservan una habitación; se sumergen en un entorno creativo. La experiencia comienza al acercarse al alojamiento, siendo recibido por el beagle gigante visible desde lejos. La atmósfera general del lugar se define por una mezcla de calidez y originalidad.
El registro es informal y suele estar acompañado de una bienvenida personal de los propietarios, quienes comparten historias sobre la creación del hotel. Los huéspedes son invitados a explorar la tienda y galería contigua, donde se pueden adquirir perros de madera tallados a mano.
Aunque no hay televisión ni Wi-Fi, esta ausencia es intencional: se busca fomentar la relajación, el contacto con la naturaleza y los placeres sencillos. Es un sitio perfecto para quienes desean desconectarse del ritmo acelerado de la vida cotidiana.
Dog Bark Park Inn no solo ofrece una estancia divertida: es parte del legado cultural de las atracciones en carretera de Estados Unidos. Desde enormes donas hasta dinosaurios gigantes, las estructuras sobredimensionadas han captado la atención de los viajeros durante décadas. Sweet Willy encaja perfectamente en esta tradición.
El hotel atrae a una variedad de visitantes: amantes de los perros, familias, aficionados a la arquitectura e incluso historiadores del arte. Algunos lo visitan por su diseño, otros porque simplemente desean dormir dentro de un perro gigante. Esta variedad contribuye a su popularidad duradera.
También se ha convertido en un lugar icónico para los fans de lo kitsch americano, apareciendo en blogs de viajes, guías turísticas y programas de televisión. Su encanto está en su capacidad para unir artesanía, nostalgia y comodidad en una sola estructura con forma de perro.
La influencia de Dog Bark Park Inn va más allá del turismo. Ha desempeñado un papel importante en la revitalización del orgullo local en Cottonwood, Idaho. El hotel ayuda a promover la economía del pueblo a través del turismo y la cobertura mediática.
Dennis y Frances colaboran con proveedores locales, desde ingredientes para el desayuno hasta artistas regionales. Su enfoque muestra cómo un proyecto personal puede convertirse en un ejemplo de creatividad y sostenibilidad.
A lo largo de los años, el hotel ha inspirado iniciativas similares en otras partes, demostrando que en un mundo dominado por la tecnología y el lujo, todavía hay espacio para alojamientos hechos a mano, con amor y originalidad.
Dog Bark Park Inn abre durante temporadas específicas, generalmente de abril a octubre. Como solo cuenta con una habitación dentro del beagle, es muy recomendable reservar con antelación a través del sitio web oficial o por teléfono.
El hotel se encuentra a lo largo de la carretera U.S. 95 y es fácilmente accesible en coche, con estacionamiento gratuito. Además, Cottonwood ofrece atracciones cercanas como iglesias históricas y senderos naturales.
Es recomendable llevar una cámara, ya que la estructura del perro gigante es muy fotogénica. No obstante, lo más valioso de la visita es la sensación de alegría, creatividad y sencillez que proporciona este lugar único.
Si piensas hospedarte en Dog Bark Park Inn, acepta su sencillez y originalidad. No busques lujos, sino calidez, creatividad y el privilegio de dormir dentro de una obra de arte viviente. Es una experiencia única en su tipo.
Muchos huéspedes dejan mensajes en el libro del visitante, destacando la tranquilidad del lugar, los desayunos caseros y la originalidad del entorno. Lo consideran el punto culminante de su viaje, especialmente quienes viajan con niños o mascotas.
Hasta febrero de 2025, el hotel sigue funcionando con normalidad, dando la bienvenida a visitantes de todo el mundo. Si amas a los perros, el arte, o los viajes por carretera inusuales, Dog Bark Park Inn es una parada obligatoria que combina creatividad y encanto rural estadounidense.